La ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo infantil. Comúnmente ocurre en bebés entre los 8 y 12 meses de edad, y generalmente desaparece alrededor de los 2 años. Sin embargo, también puede ocurrir en adultos.
Algunos niños tienen síntomas de ansiedad por separación durante la escuela primaria y la adolescencia. Esta condición se llama trastorno de ansiedad por separación o SAD. Tres a cuatro por ciento de los niños tienen SAD.
SAD tiende a indicar problemas generales del estado de ánimo y de salud mental. Alrededor de un tercio de los niños con SAD serán diagnosticados con una enfermedad mental cuando sean adultos.
Los síntomas de SAD ocurren cuando un niño está separado de los padres o cuidadores. El miedo a la separación también puede causar conductas relacionadas con la ansiedad. Algunos de los comportamientos más comunes incluyen:
SAD es más probable que ocurra en niños con:
SAD también puede ocurrir después de un evento estresante de la vida como:
Los niños que experimentan tres o más de los síntomas anteriores pueden ser diagnosticados con SAD. Su médico puede ordenar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.
Su médico también podría verlo interactuar con su hijo. Esto muestra si su estilo de crianza afecta la forma en que su hijo se enfrenta a la ansiedad.
La terapia y la medicación se utilizan para tratar la SAD. Ambos métodos de tratamiento pueden ayudar a un niño a lidiar con la ansiedad de una manera positiva.
La terapia más efectiva es la terapia conductual cognitiva (TCC). Con la TCC, a los niños se les enseñan técnicas para sobrellevar la ansiedad. Las técnicas comunes son la respiración profunda y la relajación.
La terapia de interacción entre padres e hijos es otra forma de tratar la SAD. Tiene tres fases principales de tratamiento:
El ambiente escolar es otra clave para un tratamiento exitoso. Su hijo necesita un lugar seguro para ir cuando se sienta ansioso. También debe haber una manera para que su hijo se comunique con usted si es necesario durante las horas de la escuela u otras horas cuando están lejos de casa. Finalmente, el maestro de su hijo debe fomentar la interacción con otros compañeros de clase. Si tiene inquietudes sobre el aula de su hijo, hable con el maestro, el principio o un consejero vocacional.
No hay medicamentos específicos para SAD. Los antidepresivos a veces se usan en niños mayores con esta afección si otras formas de tratamiento son ineficaces. Esta es una decisión que debe ser cuidadosamente considerada por el padre o tutor del niño y el médico. Los niños deben ser vigilados de cerca por los efectos secundarios.
El desarrollo emocional y social se ven seriamente afectados por la SAD. La condición puede hacer que un niño evite experiencias cruciales para el desarrollo normal.
SAD también puede afectar la vida familiar. Algunos de estos problemas pueden incluir:
Si su hijo tiene SAD, hable con su médico sobre las opciones de tratamiento y las formas en que puede ayudar a controlar su efecto en la vida familiar.