Cuando se trata del pronóstico para la esclerosis múltiple (EM), hay buenas y malas noticias. Aunque no existe una cura conocida para la EM, hay algunas buenas noticias sobre la esperanza de vida. Debido a que la EM no es una enfermedad mortal, las personas que tienen EM esencialmente tienen la misma esperanza de vida que la población general.
Según la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple (NMSS), la mayoría de las personas que tienen EM experimentarán una vida relativamente normal. En promedio, la mayoría de las personas con EM viven unos siete años menos que la población general. Las personas con EM tienden a morir de muchas de las mismas afecciones, como el cáncer y las enfermedades cardíacas, como las personas que no la padecen. Aparte de los casos de EM severa, que son raros, el pronóstico para la longevidad es generalmente bueno.
Sin embargo, las personas que tienen EM también tienen que lidiar con otros problemas que pueden disminuir su calidad de vida. A pesar de que la mayoría nunca sufrirá una discapacidad severa, muchos experimentan síntomas que causan dolor, malestar y molestias.
Otra forma de evaluar el pronóstico de la EM es examinar cómo las discapacidades resultantes de los síntomas de la enfermedad pueden afectar a las personas. Según el NMSS, alrededor de dos tercios de las personas con EM pueden caminar sin silla de ruedas dos décadas después de su diagnóstico. Algunas personas necesitarán muletas o un bastón para mantenerse ambulatorios. Otros usan un scooter eléctrico o una silla de ruedas para ayudarlos a sobrellevar la fatiga o las dificultades de equilibrio.
Es difícil predecir cómo progresará la EM en cada persona. La gravedad de la enfermedad varía ampliamente de persona a persona.
Para ayudar a determinar su pronóstico personal, es útil comprender los factores de riesgo que pueden indicar una mayor probabilidad de desarrollar una forma grave de la afección. Según la Clínica Mayo, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar EM. Además, ciertos factores indican un mayor riesgo de síntomas más graves, que incluyen los siguientes:
El pronóstico se ve afectado por el tipo de EM. La EM progresiva primaria (PPMS) se caracteriza por una disminución constante de la función sin recaídas ni remisiones. Puede haber algunos períodos de declive inactivo ya que cada caso es diferente. Sin embargo, la progresión constante continúa.
Para las formas recurrentes de EM, existen varias pautas que pueden ayudar a predecir el pronóstico. Las personas con EM tienden a mejorar si experimentan:
Si bien la mayoría de las personas con EM tienen una expectativa de vida cercana a lo normal, puede ser difícil para los médicos predecir si su condición empeorará o mejorará, ya que la enfermedad varía mucho de una persona a otra. En la mayoría de los casos, sin embargo, la EM no es una condición fatal.
La EM generalmente afecta la calidad de vida más que la longevidad. Si bien ciertos tipos raros de EM pueden afectar la vida útil, son la excepción y no la regla. Las personas con EM deben lidiar con muchos síntomas difíciles que afectarán su estilo de vida, pero pueden estar seguros de que su esperanza de vida esencialmente refleja la de las personas que no tienen la condición.