Hay dos tipos de tratamientos para el angioedema hereditario (HAE). Uno es el tratamiento a pedido y el otro es un tratamiento preventivo (profiláctico). Si tiene HAE, es posible que ya sepa mucho sobre el tratamiento de ataques repentinos con un tratamiento a pedido. Pero para algunas personas, prevenir un ataque de HAE es una parte necesaria de su plan de tratamiento.
No hay dos personas con HAE iguales. Antes de su próxima visita al médico, observe su situación actual. Piense en sus síntomas particulares de HAE. Puede ser candidato a una terapia preventiva si alguna de las siguientes situaciones se aplica a usted.
Aunque no existen criterios estrictos, los expertos sugieren tomar una terapia preventiva si tiene más de 24 ataques de HAE por año o más de 12 ataques por año.
Los ataques laríngeos (garganta) son el tipo de ataque HAE que más amenaza la vida. Según su historial de ataques de inflamación de la garganta, su médico puede recomendar un tratamiento preventivo.
Se recomienda la terapia preventiva a corto plazo antes de someterse a un procedimiento quirúrgico, especialmente el trabajo dental. Tanto el estrés físico como el emocional asociado con la cirugía pueden desencadenar un ataque de HAE. Si se está sometiendo a una cirugía o trabajo dental, es probable que su médico le recomiende una terapia preventiva a corto plazo.
Si vive en un área rural y llegar al hospital lleva mucho tiempo, es posible que desee considerar una terapia preventiva.
Los ataques de HAE pueden durar días a la vez, y es posible que tenga que pasar mucho tiempo en el hospital. Si bien los ataques laríngeos se consideran la forma más grave de HAE, para algunas personas, los ataques en los pies o las manos también pueden ser muy debilitantes. Esto es especialmente cierto si su trabajo implica trabajar con las manos o si está de pie todo el día. Las personas que sufren ataques frecuentes pueden perder hasta 150 días de trabajo cada año.
Si descubre que su AEH hace que pierda frecuentemente el trabajo o la escuela o le dificulta hacer su trabajo, puede ser un buen candidato para un tratamiento preventivo.
Debido a la imprevisibilidad de los ataques, las personas con HAE pueden limitar lo que hacen. Es posible que no vayan a la universidad, acepten el trabajo de sus sueños o se vayan de casa porque temen ser atacados. Algunas personas con HAE se deprimen.
La forma en que las personas manejan sus síntomas de AEH varía de persona a persona, pero si siente que su calidad de vida es mala debido a su condición, tiene todo el derecho de consultar a su médico sobre la terapia preventiva. Su médico puede ayudarle a sopesar los pros y los contras.
El estrés es un desencadenante de los ataques de HAE. La vida es impredecible. Si está pasando por un período estresante de su vida, ya sea en casa, en el trabajo o en la escuela, la terapia preventiva puede ser una buena idea.
Si cree que es un buen candidato para un tratamiento preventivo, hable con su médico. La decisión no se toma en un conjunto rígido de criterios, pero debe tener en cuenta su caso particular, incluyendo:
Las opciones de tratamiento de profilaxis incluyen las siguientes:
Haga que su médico revise la dosis y la administración de cada uno de estos, así como los efectos secundarios más comunes antes de tomar una decisión. Sus síntomas y la gravedad de su enfermedad pueden cambiar con el tiempo, por lo que debe revisar la decisión de tomar un tratamiento preventivo contra el HAE con regularidad. Tenga en cuenta que incluso si decide tomar una terapia profiláctica, también debe tener acceso a un tratamiento a pedido en todo momento.