La sacroileitis es una inflamación de la articulación sacroilíaca. Puede incluir ambas articulaciones o solo una. Estas articulaciones se encuentran en la parte inferior de la columna vertebral, donde se conecta con el área pélvica, cerca de las caderas. El dolor de la sacroilitis puede afectar a:
La sacroileitis es un componente principal en la espondilitis anquilosante. La espondilitis anquilosante es una enfermedad reumática que causa inflamación de las articulaciones y rigidez en la columna vertebral y las caderas. Es un tipo de artritis que es progresiva.
Cualquiera puede contraer sacroiliitis. Sin embargo, la espondilitis anquilosante, que tiene la sacroileítis como un componente importante, es menos común y se observa con mayor frecuencia en los caucásicos.
El tratamiento depende del tipo de sacroilitis. Tomar analgésicos de venta libre y descansar la articulación a menudo puede ayudar a aliviar muchos síntomas. Sin embargo, si está embarazada, debe consultar con su médico antes de tomar cualquier medicamento. Las opciones de tratamiento para la sacroilitis incluyen:
Si el dolor es intenso, su médico puede recetarle un analgésico o un relajante muscular, ya que los espasmos musculares son comunes. También se le puede dar una receta para un medicamento llamado inhibidor de TNF si su sacroilitis está relacionada con la espondilitis anquilosante.
La terapia física y los ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad del aprendizaje pueden ser útiles para las personas con sacroileitis.
Aquí hay un par de ejercicios que pueden ayudar con la sacroileitis:
Durante la fisioterapia aprenderás ejercicios de rango de movimiento y ejercicios de fortalecimiento. Muchos de estos ejercicios eventualmente podrás hacer tú mismo en casa. El tratamiento también se centrará en estirar y mantener o aumentar la flexibilidad de la articulación. Siempre debe consultar con su médico o fisioterapeuta antes de intentar cualquier ejercicio para no empeorar sus síntomas o causar lesiones adicionales.
Los síntomas de la sacroilitis pueden parecer similares a otros problemas de la espalda baja. Sin embargo, es específicamente una inflamación en la articulación. El síntoma más común es el dolor en la parte baja de la espalda, la cadera, los glúteos y las piernas. Esto a veces se acompaña de una fiebre de bajo grado.
El dolor generalmente empeora después de estar de pie por un largo tiempo, subir y bajar escaleras, o correr o caminar con pasos largos.
Las causas de la sacroilitis pueden incluir:
La sacroilitis no es infrecuente en mujeres embarazadas. Esto se debe a que durante el embarazo, sus articulaciones de cadera y sacroilíacas comenzarán a aflojarse naturalmente. Este es tu cuerpo que se prepara para dar a luz. Agregue a esto un cambio en la forma en que algunas mujeres caminan como resultado del embarazo y que puede causar que sus articulaciones sacroilíacas se inflamen. Esto se convierte en sacroiliitis.
El diagnóstico viene a través de varias opciones que generalmente se realizan en combinación para un diagnóstico más preciso. Su médico comenzará con un examen físico que puede incluir presionar el área de la cadera o las nalgas y mover las piernas.
Para identificar el dolor en su articulación sacroilíaca y no en otra parte de la espalda baja, su médico puede decidir inyectar un medicamento para adormecer directamente en la articulación. Sin embargo, esto no siempre es una prueba precisa ya que el medicamento se puede propagar a otras áreas.
Su médico también podría enviarle una radiografía para confirmar. Se podría usar una resonancia magnética si su médico cree que podría tener espondilitis anquilosante.
Las perspectivas para la sacroilitis pueden variar según la causa. Algunas lesiones mejorarán con medicamentos, terapia o un programa de ejercicios. Sin embargo, si es causado por un daño articular que no se puede corregir con una cirugía o medicación, o en relación con la espondilitis anquilosante, el tratamiento se basará en el manejo de los síntomas a largo plazo.
Es importante que consulte a su médico para detectar cualquier dolor en las articulaciones. Esto es especialmente cierto si interfiere con sus funciones normales de la vida. Cuanto antes reciba tratamiento, mejor será el resultado.