El síndrome de congestión pélvica (PCS, por sus siglas en inglés) es una condición crónica que ocurre en mujeres cuando las venas varicosas se forman debajo del abdomen dentro de la región pélvica. Las venas varicosas son venas que se hinchan, se retuercen y se alargan como resultado de una mala función de las venas.
El síndrome a menudo causa un dolor sordo constante en el área pélvica que se dice que empeora en diferentes momentos y en diferentes situaciones. Es más probable que se desarrolle en mujeres que han dado a luz anteriormente.
Los expertos creen que puede ser la fuente de dolor en hasta el 30 por ciento de las mujeres que tienen dolor pélvico crónico.
Las mujeres con PCS generalmente informan que el dolor sordo es crónico pero que empeora en ciertas situaciones, como:
Además del dolor, las mujeres pueden experimentar otros síntomas de PCS, así como diferentes combinaciones de estos síntomas. La severidad también puede variar ampliamente entre individuos. Estos síntomas pueden incluir:
Actualmente se piensa que el embarazo es la causa más común de PCS. Hay muchas razones por las cuales el embarazo puede traer esta condición a:
Por lo tanto, las mujeres que han tenido un embarazo anterior son más propensas a desarrollar PCS, y se cree que el riesgo aumenta cuanto más embarazos tiene una mujer.
El PCS puede ser bastante difícil de diagnosticar, y los médicos a menudo necesitan llevar a cabo múltiples procedimientos de diagnóstico para eliminar otras posibles causas de sus síntomas. Estos procedimientos pueden incluir:
El ultrasonido a menudo se prefiere como primer paso en el diagnóstico de PCS, ya que es posible detectar las varices y evaluar el flujo sanguíneo.
El tratamiento para el PCS generalmente está dirigido a reducir y aliviar los síntomas. Desafortunadamente, no existe una cura definitiva para la enfermedad, y puede ser difícil tratarla.
Los medicamentos disponibles para ayudar a aliviar sus síntomas pueden incluir:
Actualmente, el tratamiento más exitoso es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo llamado embolización de la vena pélvica (EVP). Este procedimiento bloquea ciertas venas varicosas que se cree que son la fuente del dolor.
Muchos estudios han demostrado una mejoría significativa de los síntomas en mujeres que han tenido PVE. Al igual que con cualquier procedimiento, existen riesgos y no todas las mujeres pueden ser apropiadas para esta opción de tratamiento.
Los síntomas de PCS a menudo empeoran en las últimas etapas del embarazo a medida que el bebé crece y se vuelve más pesado. Se ejerce presión adicional sobre las venas varicosas en la pelvis, lo que a menudo conduce a una intensificación del dolor causado por la afección.
PCS no es una condición que afecte su esperanza de vida, pero tiene el potencial de afectar significativamente su calidad de vida. Los síntomas como el dolor crónico, el dolor durante las relaciones sexuales y la dismenorrea pueden provocar una disminución de la actividad física, pérdida de la función y depresión.
Un diagnóstico no significa necesariamente que se verá afectado en esta medida; el PCS varía mucho en términos de gravedad.
Tenga en cuenta que existen tratamientos disponibles para minimizar sus síntomas y ayudarlo a sobrellevar esta afección. Hable con su médico acerca de sus opciones.
También es importante hablar con su médico sobre asesoramiento, si es necesario, para ayudarlo a sobrellevar el dolor crónico significativo que puede acompañar a tener PCS.