Si tiene esclerosis múltiple (EM), puede sentirse cansado, débil o con poca energía, y el ejercicio puede ser lo último en su mente.
De hecho, el ejercicio tiene muchos beneficios para las personas con EM, incluidas las mejoras en la fuerza, el equilibrio, la rigidez muscular y el control de los intestinos y la vejiga. También puede reducir la espasticidad de la EM y puede mejorar o retrasar el deterioro cognitivo.
La clave es comenzar lentamente y aumentar gradualmente su forma física. Consulte con su médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios para asegurarse de que no se está esforzando demasiado. También puede consultar a un fisioterapeuta si desea ayuda para elegir las actividades adecuadas para su afección en particular.
Recuerda que el ejercicio no tiene que realizarse en un gimnasio. Las actividades como la jardinería y las tareas domésticas se suman a un mayor nivel de actividad. Aquí hay algunas otras actividades y ejercicios para ayudarlo a fortalecer su cuerpo y combatir la EM.
Muchas personas con EM tienen trastornos de la marcha o dificultad para caminar. Caminar con regularidad le brinda un entrenamiento cardiovascular ligero y lo ayuda a mantener su sentido del equilibrio. Sigue caminando regularmente mientras puedas, incluso si es solo por una corta distancia. Lleve a un amigo o familiar por seguridad si tiene miedo de caerse. Caminar en cinta rodante es otra opción, ya que puede ajustar la velocidad y la intensidad, y hay pasamanos para sostener.
El estiramiento es bueno para todos. No solo lo ayuda a prepararse y recuperarse del ejercicio, también ayuda a mantener la flexibilidad que facilita el movimiento y reduce la posibilidad de lesiones. Si tienes EM, el estiramiento también ayuda a combatir la rigidez muscular. Intente estirar áreas como las pantorrillas, los flexores de cadera y los isquiotibiales. Algunas formas de ejercicio tienen un elemento de estiramiento incorporado, como las flexiones de la pared realizadas con los talones en el suelo. Esto estira tanto las pantorrillas como los isquiotibiales.
Ya sea nadando o haciendo aeróbic acuático, el ejercicio en el agua elimina el riesgo de caídas que pueden acompañar a la EM. Además de prevenir caídas y brindar apoyo, el agua también reduce el estrés en los músculos y articulaciones que pueden causar las actividades en tierra firme. Comience con una clase para principiantes de baja intensidad y progrese a su propio ritmo.
Su equilibrio se ve afectado cuando tiene EM, así que dedique parte de su tiempo de ejercicio para trabajar en esta área. Intente actividades como pararse sobre una pierna para practicar su equilibrio. Asegúrese de tener una pared o una silla para sostener si necesita apoyo, y trate de cerrar los ojos para aumentar el nivel de desafío. Incluso los ejercicios de dos piernas, como las sentadillas con plie, son más difíciles cuando tus ojos están cerrados, por lo que es una tarea que vale la pena dominar en tu búsqueda para mantenerte firme sobre tus pies.
La debilidad muscular y la fatiga son una parte de la EM que se puede prevenir con el entrenamiento de fuerza. Intente actividades tales como escalones o sentadillas, usando una silla o barandilla para mantener el equilibrio. Use pesas ligeras para ejercicios de brazos, como flexiones de bíceps y presiones de hombros. Si no tiene pesas de mano, intente ejercicios de fuerza de peso corporal, como flexiones de la pared o saltos de tríceps con una silla o mostrador.
Su núcleo es la base de su equilibrio y estabilidad. Se compone de los músculos abdominales, de la espalda y de la pelvis. Los buenos regímenes de ejercicio incluyen un componente central como una forma de aumentar el rendimiento y prevenir lesiones en áreas como la columna vertebral. Intente ejercicios como el levantamiento de la pelvis mientras está acostado boca arriba con las rodillas dobladas y tablas o flexiones de brazos. Si los tablones y las flexiones tradicionales son demasiado difíciles, pruebe una versión modificada de sus rodillas en lugar de sus pies.
La terapia de yoga es una forma segura y eficaz de mejorar la fatiga, el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza. Algunos de los beneficios reportados después de un corto programa semanal de yoga de 12 semanas fueron la mejora de la fatiga, el equilibrio, la longitud de los pasos y la velocidad al caminar. Si bien esto puede no ser cierto para todos, es una opción para probar.
El ejercicio puede parecer desafiante cuando te enfrentas a los cambios físicos provocados por la EM. Pero aumentar su nivel de condición física puede evitar el progreso de la enfermedad y ayudarlo a controlar sus síntomas. Comience lentamente con actividades simples con las que se sienta cómodo. Obtenga la autorización de su médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios y consulte a un fisioterapeuta cuando elija los mejores ejercicios para usted.