El síndrome de activación de los mastocitos (MCAS, por sus siglas en inglés) ocurre cuando los mastocitos en su cuerpo liberan demasiadas sustancias dentro de ellos en momentos inapropiados.
Los mastocitos son parte de su sistema inmunológico. Se encuentran en la médula ósea y alrededor de los vasos sanguíneos de su cuerpo. Cuando está expuesto al estrés o al peligro, sus llamadas al mástil responden liberando sustancias llamadas mediadores. Los mediadores causan inflamación, lo que ayuda a su cuerpo a sanar de una lesión o infección.
Esta misma respuesta ocurre durante una reacción alérgica. Los mastocitos liberan mediadores para eliminar aquello a lo que eres alérgico. Por ejemplo, si eres alérgico al polen, tus mastocitos liberan un mediador llamado histamina, que te estornuda para deshacerte del polen.
Si tiene MCS, sus mastocitos liberan mediadores con demasiada frecuencia. Es diferente de otro trastorno de los mastocitos llamado mastocitosis, que ocurre cuando su cuerpo produce demasiados mastocitos.
Continúe leyendo para aprender más sobre el MCAS, que, según la Sociedad de Mastocitosis, se está volviendo más común.
Demasiados mediadores pueden causar síntomas en casi todos los sistemas de su cuerpo. Sin embargo, las áreas más comúnmente afectadas incluyen su piel, sistema nervioso, corazón y tracto gastrointestinal. Dependiendo de la cantidad de mediadores liberados, sus síntomas pueden variar de leves a potencialmente mortales.
Los síntomas que podría experimentar en diferentes partes de su cuerpo incluyen:
En casos graves, puede desarrollar una afección potencialmente mortal llamada shock anafiláctico. Esto causa una caída rápida en su presión arterial, un pulso débil y un estrechamiento de las vías respiratorias en sus pulmones. Por lo general, hace que sea muy difícil respirar y requiere tratamiento de emergencia.
Los investigadores no están seguros de qué causa el MCAS. Sin embargo, un estudio de 2013 observó que el 74 por ciento de los participantes con MCAS tenía al menos un pariente de primer grado que también lo tenía. Esto sugiere que es probable que haya un componente genético para el MCAS.
Los episodios de MCAS siempre son desencadenados por algo, pero puede ser difícil averiguar cuál es el desencadenante.
Algunos desencadenantes comunes incluyen:
Cuando su médico no puede encontrar un desencadenante, se llama MCAS idiopático.
El MCAS puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas se superponen con los de muchas afecciones.
Para ser diagnosticado con MCAS, debe cumplir con los siguientes criterios:
Antes de diagnosticar su afección, su médico revisará su historial médico, le realizará un examen físico y realizará análisis de sangre y de orina para descartar cualquier otra causa de sus síntomas. También pueden hacer que usted evite ciertos alimentos o medicamentos durante un período de tiempo para reducir cuáles pueden ser sus desencadenantes.
También pueden pedirle que lleve un registro detallado de sus ataques, incluidos los nuevos alimentos que comió o los medicamentos que tomó antes de que comenzara.
No hay cura para el MCAS, pero hay formas de controlar sus síntomas. Los síntomas leves, como los dolores de cabeza, generalmente responden bien a los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno (Advil).
Para síntomas más moderados, es posible que necesite:
Para los síntomas graves, como el shock anafiláctico, necesitará una inyección de epinefrina. Esto se puede hacer en un hospital o con un autoinyector (EpiPen). Considere usar un brazalete de identificación médica si sus síntomas son graves, al menos hasta que descubra cuáles son sus factores desencadenantes.
Aunque es una condición poco común, el MCAS puede producir síntomas angustiantes que interfieren con su vida diaria. Sin embargo, con un diagnóstico y tratamiento adecuados, se pueden controlar sus síntomas. Además, una vez que sepa qué factores desencadenan un episodio, puede evitarlos y reducir la cantidad de episodios que tiene.