El sangrado interno es el sangrado que se produce dentro de su cuerpo. Una lesión que daña el exterior de su cuerpo es fácil de ver. Un corte o desgarro en la piel generalmente sangra. Puede ver lo que está herido y es probable que sea fácil identificar qué lo causó.
El sangrado interno, sin embargo, no es tan fácil de ver o diagnosticar. El sangrado interno es a menudo el resultado de un trauma o una lesión. Las causas menos obvias también pueden causar sangrado interno. Estos incluyen gastritis, daño a los órganos o un trastorno hemorrágico.
Cuando se produce una hemorragia interna, necesita atención médica. En algunos casos, el sangrado puede ser un signo de una afección potencialmente mortal y debe buscar atención médica de inmediato.
Si usted o alguien que conoce desarrolla repentinamente los siguientes síntomas, busque atención médica de inmediato. Estos podrían ser síntomas de sangrado interno:
Además, puede notar vómitos o heces con sangre u oscuros. Ocasionalmente, si el sangrado está detrás de los órganos internos en el abdomen, es posible que tenga moretones alrededor de su ombligo o en los lados de su abdomen.
Otros casos de hemorragia interna pueden ser menos graves, pero aún así es importante que consulte a su médico tan pronto como note los síntomas.
El sangrado interno es un síntoma de una lesión, afección o enfermedad. No comenzarás a experimentar sangrado interno sin una razón subyacente. Reconocer los síntomas del sangrado interno puede ayudarlo a usted y a su médico a comprender qué está sangrando, por qué está sangrando y qué condiciones podrían estar contribuyendo al problema.
Esto puede causar:
Esto puede causar:
Esto puede causar:
Es posible experimentar un shock en algunos casos de sangrado interno, especialmente en lugares donde se puede perder una cantidad sustancial de sangre, como el pecho, el abdomen o el muslo. El shock ocurre cuando no hay suficiente sangre para abastecer a todo su cuerpo.
Los síntomas de shock incluyen:
La presencia de otras afecciones subyacentes puede ayudar a los médicos a reconocer que está perdiendo sangre en algún lugar.
Por ejemplo, La anemia se asocia comúnmente con un sangrado interno lento y crónico. Puede causar fatiga, debilidad y dificultad para respirar.
Algunas personas con sangrado interno también experimentan presión arterial baja debido a la pérdida constante de sangre. Esto se conoce como hipotensión ortostática. Los síntomas comunes incluyen sentirse mareado o aturdido cuando está de pie.
A veces, identificar qué causa el sangrado interno es fácil. Si estuvo involucrado en un accidente o tuvo una lesión reciente, es probable que el sangrado sea el resultado de ese evento.
Del mismo modo, diagnosticar la causa puede ser fácil si le diagnosticaron una afección que puede provocar una hemorragia interna, como una gastroenteritis.
Sin embargo, no todos los casos de hemorragia interna son tan claros. Encontrar la fuente de una hemorragia interna puede tomar algún tiempo y requerir un examen físico completo.
Estos pueden incluir:
Estos pueden incluir:
El diagnóstico de una hemorragia interna generalmente requiere exámenes médicos, un examen físico y una revisión exhaustiva de su historial médico. Su médico puede usar una variedad de pruebas de laboratorio y herramientas de diagnóstico por imágenes para identificar la causa de su hemorragia interna y medir la gravedad.
Para lesiones traumáticas, una prueba de imagen puede ser todo lo que se necesita. Y qué pruebas a pedido pueden ser obvias. Si sufrió un accidente y se lastimó la pierna derecha, su médico ordenará pruebas que analicen su pierna derecha. Una radiografía puede mostrar los huesos. Una tomografía computarizada es una radiografía avanzada que puede ver huesos, tejidos y vasos sanguíneos. La angiografía es una prueba de imágenes que puede examinar cuidadosamente los vasos sanguíneos individuales.
Si la causa del sangrado no es tan evidente, su médico puede ordenar varias pruebas médicas para ayudar a identificar qué está sangrando y por qué.
El primer objetivo del tratamiento es encontrar la fuente del sangrado y detenerlo. Un poco de sangrado es menor y puede detenerse por sí solo. Otros casos son más graves y pueden requerir medidas más invasivas, incluida la cirugía.
Cuando su médico considere un tratamiento para el sangrado interno, es probable que tenga en cuenta tres factores:
En los casos leves de sangrado interno, el tratamiento generalmente implica el descanso y el control de los síntomas. El descanso le da a su cuerpo tiempo para sanar mientras reabsorbe la sangre y la inflamación disminuye. Pocas otras técnicas de tratamiento pueden ser necesarias para las hemorragias lentas una vez que se identifica y trata la causa.
Sin embargo, algunas causas de sangrado interno necesitan un tratamiento mayor. La cirugía puede ser necesaria para detener el sangrado y limpiar la sangre acumulada. El tipo de cirugía que necesita depende de qué tan grave es el sangrado, dónde está el sangrado y de su salud en general.
Después de que se detenga el sangrado, el tratamiento se centrará en reparar cualquier daño causado por el sangrado y estabilizar su cuerpo.
Si el sangrado interno se detecta, diagnostica y trata adecuadamente, el pronóstico es positivo. Muchas personas pueden hacer una recuperación completa. Es posible que se necesiten tratamientos adicionales para prevenir una hemorragia futura, pero quedarán pocos efectos duraderos.
Sin embargo, si la hemorragia interna no se detecta y trata rápidamente, puede experimentar efectos permanentes duraderos. El sangrado en el cerebro puede causar un derrame cerebral o daño cerebral a largo plazo. Es posible que necesite terapia física, ocupacional y del habla para volver a aprender ciertos comportamientos y actividades. Estas terapias también pueden ayudar a prevenir futuras lágrimas o daños en los vasos sanguíneos.
El pronóstico es menos positivo si no se aborda ningún comportamiento o factor de riesgo que haya provocado la hemorragia. Por ejemplo, una hemorragia gastrointestinal causada por el alcoholismo puede reaparecer si no elimina la dependencia del alcohol.