La giardiasis es una infección en el intestino delgado. Es causada por un parásito microscópico llamado Giardia lamblia. La giardiasis se propaga a través del contacto con personas infectadas. Y usted puede contraer giardiasis comiendo alimentos contaminados o bebiendo agua contaminada. Mascotas perros y gatos también suelen contraer giardia.
Esta condición se puede encontrar en todo el mundo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, es más común en países en desarrollo superpoblados que carecen de condiciones sanitarias y control de calidad del agua.
G. lamblia Se encuentran en heces animales y humanas. Estos parásitos también prosperan en alimentos, agua y suelo contaminados, y pueden sobrevivir fuera de un huésped por largos períodos de tiempo. El consumo accidental de estos parásitos puede conducir a una infección.
La forma más común de contraer giardiasis es beber agua que contenga G. lamblia. El agua contaminada puede estar en piscinas, spas y cuerpos de agua, como los lagos. Las fuentes de contaminación incluyen heces de animales, pañales y escorrentía agrícola.
Contraer giardiasis de los alimentos es menos común porque el calor mata a los parásitos. La mala higiene al manipular alimentos o comer productos enjuagados en agua contaminada puede permitir que el parásito se propague.
La giardiasis también se propaga a través del contacto personal. Por ejemplo, el sexo anal sin protección puede transmitir la infección de una persona a otra.
Cambiar el pañal de un niño o recoger el parásito mientras trabaja en una guardería infantil también son formas comunes de infectarse. Los niños corren un alto riesgo de contraer giardiasis porque es probable que encuentren heces cuando usan pañales o entrenan al baño.
Algunas personas pueden llevar parásitos giardia sin experimentar ningún síntoma. Los síntomas de la giardiasis generalmente aparecen una o dos semanas después de la exposición. Los síntomas comunes incluyen:
Es posible que tenga que enviar una o más muestras de heces para la prueba. Un técnico revisará su muestra de heces para detectar parásitos de Giardia. Podría tener que enviar más muestras durante el tratamiento. Su médico también puede realizar una enteroscopia. Este procedimiento consiste en pasar un tubo flexible por la garganta hasta el intestino delgado. Esto le permitirá a su médico examinar su tracto digestivo y tomar una muestra de tejido.
En la mayoría de los casos, la giardiasis eventualmente desaparece por sí sola. Su médico podría recetarle medicamentos si su infección es grave o prolongada. La mayoría de los médicos recomendarán el tratamiento con medicamentos antiparasitarios, en lugar de dejarlo para que se aclare por sí solo. Ciertos antibióticos se usan comúnmente para tratar la giardiasis:
La giardiasis puede llevar a complicaciones como la pérdida de peso y la deshidratación por diarrea. La infección también puede causar intolerancia a la lactosa en algunas personas. Los niños menores de 5 años que tienen giardiasis corren riesgo de malnutrición, lo que puede interferir con su desarrollo físico y mental.
No puede prevenir la giardiasis, pero puede reducir el riesgo de contraerla al lavarse bien las manos, especialmente si trabaja en lugares donde los gérmenes se propagan fácilmente, como las guarderías.
Los estanques, arroyos, ríos y otros cuerpos de agua pueden ser fuentes de giardia. No trague agua si va a nadar en uno de estos. Evite beber agua de la superficie a menos que haya sido hervida, tratada con yodo o filtrada. Lleve agua embotellada cuando vaya de excursión o acampando.
Cuando viaje a una región donde se produce giardiasis, no beba agua del grifo. También debes evitar lavarte los dientes con agua del grifo. Tenga en cuenta que el agua del grifo también puede estar presente en el hielo y otras bebidas. Evite comer productos locales crudos.
Tenga cuidado con las prácticas sexuales asociadas con la propagación de esta infección, como el sexo anal. Use un condón para reducir la posibilidad de contraer giardiasis.
Las infecciones por giardiasis suelen durar entre seis y ocho semanas, pero los problemas como la intolerancia a la lactosa pueden persistir después de que la infección desaparece.