La cafeína es un estimulante popular que afecta el sistema nervioso central. La cafeína se produce naturalmente en las plantas que cultivan granos de cacao, nueces de cola, granos de café, hojas de té y otras sustancias.
Hay diversos grados de sensibilidad a la cafeína. Una persona puede tomar un espresso de triple disparo sin sentir la inquietud. Otros experimentan insomnio horas después de beber un pequeño vaso de cola. La sensibilidad a la cafeína también puede fluctuar diariamente, en función de múltiples factores cambiantes.
Si bien no hay una prueba específica que mida la sensibilidad a la cafeína, la mayoría de las personas se clasifican en uno de tres grupos:
La mayoría de las personas tienen una sensibilidad normal a la cafeína. Las personas en este rango pueden tomar hasta 400 miligramos de cafeína por día, sin experimentar efectos adversos.
Según un estudio de 2011, alrededor del 10 por ciento de la población tiene un gen relacionado con una mayor ingesta de cafeína. Pueden tener grandes cantidades de cafeína al final del día y no experimentar efectos secundarios, como la vigilia no deseada.
Las personas con hipersensibilidad a la cafeína aumentada no pueden tolerar pequeñas cantidades sin experimentar efectos secundarios negativos.
Sin embargo, esto no es lo mismo que una alergia a la cafeína. Una variedad de factores causa la sensibilidad a la cafeína, como la genética y la capacidad de su hígado para metabolizar la cafeína. Una alergia a la cafeína ocurre si su sistema inmunológico confunde a la cafeína como un invasor dañino e intenta combatirla con anticuerpos.
Las personas con sensibilidad a la cafeína experimentan una intensa descarga de adrenalina cuando la consumen. Es posible que se sientan como si hubieran tomado cinco o seis tazas de café espresso después de beber solo unos pocos sorbos de café regular. Dado que las personas con sensibilidad a la cafeína metabolizan la cafeína más lentamente, sus síntomas pueden durar varias horas. Los síntomas pueden incluir:
Estos síntomas difieren de los de una alergia a la cafeína. Los síntomas de una alergia a la cafeína incluyen:
Si crees que tienes sensibilidad a la cafeína, asegúrate de convertirte en un ávido lector de etiquetas. La cafeína es un ingrediente de muchos productos, incluidos los medicamentos y los suplementos.
Intente escribir un registro diario de su ingesta de alimentos y medicamentos para determinar si realmente está consumiendo más cafeína de lo que cree. Una vez que haya determinado definitivamente su ingesta, es posible que pueda identificar con mayor precisión su nivel de sensibilidad.
Si continúa experimentando sensibilidad a la cafeína, discuta sus síntomas con su médico. Pueden realizar una prueba cutánea de alergia para descartar una posible alergia a la cafeína. Su médico también podría recomendar pruebas genéticas para determinar si tiene una variación en alguno de los genes que afectan la metabolización de la cafeína.
Las personas con una sensibilidad normal a la cafeína pueden consumir de 200 a 400 miligramos por día sin ningún efecto adverso. Esto es el equivalente de dos a cuatro tazas de café de 5 onzas. No se recomienda que las personas consuman más de 600 miligramos al día. No hay recomendaciones actuales sobre el consumo de cafeína para niños o adolescentes.
Las personas que son altamente sensibles a la cafeína deben reducir en gran medida o eliminar completamente su ingesta. Algunas personas se sienten más cómodas si no consumen cafeína en absoluto. Otros pueden ser capaces de tolerar una pequeña cantidad, con un promedio de 30 a 50 miligramos diarios.
Una taza de té verde de 5 onzas tiene alrededor de 30 miligramos de cafeína. La taza promedio de café descafeinado tiene 2 miligramos.
Muchos factores pueden resultar en la sensibilidad a la cafeína, como el sexo, la edad y el peso. Otras causas incluyen:
Algunos medicamentos y suplementos herbales pueden aumentar los efectos de la cafeína. Esto incluye la medicación teofilina y los suplementos de hierbas efedrina y equinácea.
Su cerebro está formado por unos 100 mil millones de células nerviosas, llamadas neuronas. El trabajo de las neuronas es transmitir instrucciones dentro del cerebro y el sistema nervioso. Lo hacen con la ayuda de neurotransmisores químicos, como la adenosina y la adrenalina.
Los neurotransmisores actúan como un tipo de servicio de mensajería entre neuronas. Disparan miles de millones de veces al día en reacción a sus procesos, movimientos y pensamientos biológicos. Cuanto más activo es tu cerebro, más adenosina produce.
A medida que aumentan los niveles de adenosina, te cansas cada vez más. La cafeína se une a los receptores de adenosina en el cerebro, bloqueando su capacidad de indicarnos cuando nos fatigamos. También afecta a otros neurotransmisores que tienen un efecto estimulante y de bienestar, como la dopamina.
Según un estudio de 2012, las personas con sensibilidad a la cafeína tienen una reacción amplificada a este proceso causada por una variación en su gen ADORA2A. Las personas con esta variación genética sienten que la cafeína afecta más poderosamente y durante largos períodos de tiempo.
La genética también puede desempeñar un papel en la forma en que su hígado metaboliza la cafeína. Las personas con sensibilidad a la cafeína producen menos de una enzima hepática llamada CYP1A2. Esta enzima desempeña un papel en la rapidez con que su hígado metaboliza la cafeína. Las personas con sensibilidad a la cafeína tardan más en procesar y eliminar la cafeína de su sistema. Esto hace que su impacto sea más intenso y dure más.
La sensibilidad a la cafeína no es lo mismo que la alergia a la cafeína. La sensibilidad a la cafeína puede tener un vínculo genético.Si bien los síntomas no suelen ser dañinos, puede eliminarlos reduciendo o eliminando la cafeína.