Los nuevos conocimientos sobre el genoma del cáncer han llevado a muchas nuevas terapias dirigidas para el cáncer de mama avanzado. Este prometedor campo del tratamiento del cáncer identifica y ataca las células cancerosas de manera más efectiva. Aquí hay siete cosas que necesita saber sobre este nuevo grupo de medicamentos de precisión.
Las terapias dirigidas utilizan información sobre sus genes y proteínas para prevenir, diagnosticar y tratar el cáncer. Las terapias apuntan a atacar células cancerosas específicas sin dañar las células sanas.
La quimioterapia estándar funciona matando células cancerosas tanto normales como de división rápida. Las terapias dirigidas están diseñadas para bloquear la propagación de objetivos moleculares asociados con el cáncer.
Las células cancerosas son diferentes de las células sanas. Las terapias dirigidas pueden detectar células cancerosas y luego destruir o impedir su crecimiento sin dañar las células no cancerosas. Este tipo de tratamiento se considera un tipo de quimioterapia, aunque funciona de manera diferente. Las terapias dirigidas también tienden a tener menos efectos secundarios que los medicamentos de quimioterapia estándar.
El primer paso para desarrollar una terapia dirigida es identificar marcadores moleculares que desempeñan un papel clave en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas. Una vez que se identifica un marcador, se desarrolla una terapia que interfiere con la producción o supervivencia de las células cancerosas. Esto se puede hacer reduciendo la actividad del marcador o evitando que se una a un receptor que normalmente activa.
Cuando la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos aprueba una terapia específica, define las circunstancias específicas en las que se puede usar. También definen quién es una buena opción para el tratamiento. En general, las terapias dirigidas se utilizan para tratar a las personas que tienen una mutación particular que el tratamiento puede detectar. Trabajan para destruir o inhibir las células cancerosas de esa mutación. La terapia dirigida también puede ser una opción para las personas cuyo cáncer no respondió a otras terapias, se diseminó o no es adecuado para la cirugía.
Las células cancerosas pueden volverse resistentes al mutar, por lo que la terapia dirigida ya no es efectiva. Si es así, el tumor puede encontrar una nueva vía para lograr un crecimiento que no dependa del objetivo. En algunos casos, el tratamiento dirigido puede funcionar mejor combinando dos terapias o medicamentos de quimioterapia más tradicionales.
Los efectos secundarios más comunes de las terapias dirigidas incluyen:
Otros efectos secundarios incluyen despigmentación del cabello, problemas con la coagulación de la sangre y la cicatrización de heridas, y presión arterial alta.