La amiloidosis es una enfermedad rara que no tiene cura. Sin embargo, con un tratamiento rápido y continuo, puede ayudar a disminuir los síntomas y prevenir o retrasar las complicaciones a largo plazo.
Es importante comprender las complicaciones de la amiloidosis para que pueda hablar con su médico acerca de sus factores de riesgo y las medidas preventivas. Siga leyendo para obtener más información sobre las complicaciones comunes de este trastorno.
La amiloidosis a menudo afecta a los riñones primero. Una acumulación de proteína amiloide puede llevar a depósitos sólidos que se atascan en sus riñones. A diferencia de otros tipos de desechos, los riñones no pueden eliminar fácilmente estos depósitos a través de la producción de orina.
Si sus riñones se ven afectados además de otros tejidos, y la proteína amiloide se ve en sus riñones en la biopsia, su médico puede diagnosticarle con amiloidosis de cadena ligera (amiloidosis AL), conocida anteriormente como amiloidosis primaria.
Los riñones pueden sobrecargarse lentamente con amiloide. Esto puede llevar a complicaciones como cicatrización, problemas renales, enfermedad ósea, anemia y presión arterial alta. También puede experimentar hinchazón en el cuerpo, especialmente en los tobillos y las piernas.
Otros síntomas que puede experimentar incluyen:
Si no recibe el tratamiento adecuado, la insuficiencia renal es una posible complicación. Su médico puede recomendar un trasplante si sus riñones se dañan significativamente.
La amiloidosis puede disminuir la función general del corazón. La acumulación de amiloide en todo el cuerpo, incluidos los vasos sanguíneos y el tejido muscular, puede dificultar que el corazón bombee de manera eficiente. Esto puede causar ritmos cardíacos anormales y dificultad para respirar.
Cuando esta enfermedad afecta su corazón, su médico puede diagnosticarle con amiloidosis cardíaca. El subtipo más común que causa problemas cardíacos es la amiloidosis AL.
El daño al corazón por esta condición es irreversible. Si es necesario, su médico puede sugerir un trasplante de corazón.
Las personas con amiloidosis también corren el riesgo de desarrollar presión arterial alta (hipertensión). Por un lado, los riñones no pueden eliminar los desechos de manera adecuada, lo que puede provocar la acumulación de sodio y líquidos en el cuerpo. Este es solo un factor de riesgo para la hipertensión.
Otra razón por la que podría desarrollar hipertensión es por problemas vasculares a largo plazo. Como el amiloide puede acumularse en los vasos sanguíneos, esto hace que sea más difícil para su corazón bombear sangre a todo su cuerpo.
El sistema nervioso es un sistema corporal complejo que te ayuda a controlar el movimiento y las funciones corporales básicas. Cuando hay una acumulación de proteínas amiloides en el cuerpo, su sistema nervioso no funcionará como debería.
Las sensaciones de entumecimiento y hormigueo son comunes, especialmente en las manos y los pies. También puede tener dolor en sus articulaciones y muñecas debido al síndrome del túnel carpiano. Sus pies pueden sentirse como si estuvieran ardiendo y puede desarrollar úlceras en esta área.
En conjunto, estos síntomas pueden dificultar el caminar, el trabajo y completar otras tareas diarias.
Las funciones intestinales también son controladas por el sistema nervioso. Es por esto que un síntoma de la amiloidosis es la alternancia de estreñimiento y diarrea. Aparte de las molestias diarias de estos movimientos intestinales, también puede estar en riesgo de daño intestinal.
Eventualmente, esto puede llevar a complicaciones adicionales como la desnutrición y la pérdida de peso involuntaria.
El daño a los nervios por la acumulación de amiloide también puede causar mareos y aturdimiento. Estas sensaciones son especialmente notables cuando se despierta o se levanta por primera vez después de largos períodos de tiempo sentado.
Dado que no hay cura para la amiloidosis, el tratamiento es importante para prevenir complicaciones. Su médico también puede hablar sobre otras complicaciones relacionadas con usted, como cambios en la piel y disfunción hepática.
Si bien esta es una enfermedad difícil de diagnosticar y cuidar, no se rinda. El conocimiento de las posibles complicaciones puede permitirle trabajar con su médico para obtener mejores tratamientos que puedan mejorar su calidad de vida.