La verdadera raz�n por la que todos nos enganchamos a veces

Me gusta pensar que soy una persona calmada y sensata, pero me quito la comida por m�s de unas pocas horas y se va a volver loca. feo.

Al menos dos veces al a�o, mi hermano amenaza con comprarme una camiseta o una taza de caf� con frases como "Hangry: un estado de enojo causado por la falta de comida que crea una emoci�n irracional y err�tica". o? lo siento por lo que dije cuando estaba ahorcado?

Por mucho que odie admitirlo, mi hermano mayor ha visto su parte justa de mis problemas de gesti�n del hambre en su �poca. Me gusta pensar que soy una persona calmada y sensata, pero me quito la comida por m�s de unas pocas horas y se va a volver loca. feo.�Es hasta el punto en que mis amigos y mi familia traer�n en secreto bocadillos adicionales si creen que no vamos a comer por un tiempo.

No estoy solo. Hanger, el mashup ling��stico del hambre y la ira, no es solo una �til excusa para ser astuto. Es un fen�meno real (y no solo porque tiene su propio hashtag). Cuando tienes hambre tu az�car en la sangre baja. La cantidad de glucosa, la principal fuente de combustible de su cerebro, disminuye. Su cerebro es completamente dependiente de la glucosa para funcionar. Cuando no est� obteniendo suficiente glucosa, su cerebro puede luchar con tareas que requieren un uso intensivo de energ�a, como comportarse adecuadamente o recordar que en realidad ama al amigo que le acaba de decir que el restaurante tiene una hora de espera.

Seg�n Leah Groppo, una dietista cl�nica de Stanford Health Care, temblores, debilidad y fatiga son signos de que su nivel de az�car en la sangre ha bajado. Si su est�mago retumba y est� empezando a irritarse, es probable que no est� recibiendo suficiente glucosa a su cerebro, se�ala.

Esas no son las �nicas se�ales de que est�s enojado. Es probable que ocurra lo siguiente si no obtiene una barra de granola en su sistema lo antes posible.

1. El autocontrol es MIA

Realmente no eres t� mismo cuando tienes hambre. M�s exactamente, realmente no eres un yo bien controlado cuando tienes hambre. Entre tomar fotos de todos los que est�n a la vista y amontonar todas las donas en la sala de descanso, la percha puede hacer que pierda todo el autocontrol.

2. Te miras a todos a tu alrededor.

Si alguna vez te encuentras enojado con todo el mundo, especialmente con las personas que se encuentran cerca de ti, es posible que tengas hambre.

3. Las peque�as cosas se sienten como el fin del mundo.

Es dif�cil racionalizar cuando tienes hambre, pero resulta que tus hormonas est�n subiendo la apuesta. Cuando su az�car en la sangre desciende lo suficiente, su cerebro env�a se�ales a su cuerpo para comenzar a liberar m�s glucosa en el torrente sangu�neo. Una de las formas en que su cuerpo hace esto es secretando la adrenalina, la hormona de lucha o huida, y el cortisol, la hormona que m�s com�nmente asociamos con el estr�s. Esto significa que puede sentirse estresado o ansioso, incluso si no sucede nada fuera de su cuerpo que lo justifique.

4. Melodram�tico ni siquiera comienza a cubrirlo.

�No te atrevas a decirme que nos hemos quedado sin leche de coco! �C�mo vamos a sobrevivir alguna vez?

5. No puedes dejar de pensar en la comida.

Al igual que mirar la Red de Alimentos mientras corres en el gimnasio, la percha tiende a obsesionarte con la comida hasta que finalmente te sientas a comer.

6. Imaginas robar la comida de otras personas.

No soy t�picamente una persona celosa. Pero apenas puedo contenerme cuando veo a alguien comiendo papas fritas humeantes o una pasta flakey cuando estoy ahorcado. �Los sue�os de huir con una porci�n de la pizza de un extra�o no son desconocidos!

7. Pensar, hablar o vivir en general se siente muy duro.

No es sorprendente que cuando su cerebro no est� obteniendo suficiente combustible, tenga problemas para mantener la funci�n cognitiva normal. Un peque�o estudio encontr� que un nivel bajo de az�car en la sangre puede interrumpir la funci�n cerebral y dificultar las tareas cognitivas.

8. Consideras comer cosas que ni siquiera te gustan solo porque est�n ah�

No se castigue por las galletas viejas o la barra de prote�na cubierta de pelusa que ha estado en su bolsa durante un a�o. Todos hemos estado all�.

9. Tus compa�eros de trabajo se alejan de ti lentamente

Si notas que las personas que te rodean est�n retrocediendo lentamente, existe la posibilidad de que se muestre tu percha. No solo est� asustando a sus compa�eros de trabajo, sino que tambi�n puede ser propenso a cometer errores que de otra manera no har�a. En otras palabras, la percha probablemente no te har� ganar elogios en tu revisi�n de desempe�o.

10. Usted comienza peque�as peleas con su pareja

Las investigaciones han demostrado que es m�s probable que tengas una discusi�n con tu pareja cuando tienes hambre. Ya que es m�s probable que actuemos o seamos agresivos con las personas a las que estamos m�s cerca, no es raro que su pareja tome la peor parte de su suspensi�n. Un peque�o estudio encontr� que las personas que ten�an hambre ten�an m�s probabilidades de pegar alfileres a una mu�eca vud� que representaba a su c�nyuge. �Ay! Nada bueno puede venir de esto.

11. Sientes una intensa necesidad de dormir la siesta.

Si bien su cerebro depende de la glucosa, cada c�lula de su cuerpo la necesita para funcionar correctamente. Cuando su az�car en la sangre baja, sus c�lulas se mueren de hambre. El hambre a menudo viene con un lado de la fatiga.

12. Compras todo en la tienda de comestibles (y comienzas a rasgarlo en el auto)

Resulta que el da�o de las compras mientras el hambre no se limita a la tienda de comestibles. Seg�n un estudio, es m�s probable que compre m�s art�culos de cualquier tienda y gaste m�s dinero cuando tenga hambre. Incluso tu billetera siente tus dolores de hambre.

�La soluci�n?

Come algo. Y tal vez disculparse.

Para obtener los mejores resultados, consuma una comida o merienda bien balanceada que incluya prote�nas, carbohidratos y grasas. Esto ayudar� a equilibrar el nivel de az�car en la sangre y volverte a convertir en tu persona normal y amigable.La caja de donas o la bolsa de papas puede hacer que te sientas mejor a corto plazo, pero tambi�n te enviar�n r�pidamente a la angustia de la percha.


Mandy Ferreira es escritora y editora en el �rea de la Bah�a de San Francisco. Ella es una apasionada de la salud, el buen estado f�sico y la vida sostenible. Actualmente est� obsesionada con la carrera, el levantamiento ol�mpico y el yoga, pero tambi�n nada, hace ciclos y hace casi todo lo que puede. Puedes seguirle el ritmo en su blog (treading-lightly.com) y en Twitter (@ mandyfer1).