Saber que tiene cáncer de mama metastásico puede ser un shock. De repente, tu vida ha cambiado dramáticamente. Puede sentirse abrumado por la incertidumbre y disfrutar de una buena calidad de vida puede parecer fuera de su alcance.
Pero todavía hay maneras de encontrar placer en la vida. Agregar ejercicio, terapia e interacción social a su rutina puede ayudar mucho a apoyar su mente y cuerpo en su viaje por el cáncer.
En un momento dado, a los pacientes que se sometían a un tratamiento para el cáncer se les aconsejó que lo tomaran con calma y que descansaran lo suficiente. Ese ya no es el caso. Los estudios sugieren que la actividad física podría evitar que la enfermedad avance o se repita en las mujeres que reciben tratamiento. Incluso puede aumentar la probabilidad de supervivencia.
Incluso pequeñas cantidades de ejercicio moderado pueden proporcionar grandes beneficios para la salud al combatir algunos de los efectos secundarios más comunes de los tratamientos contra el cáncer. Estos incluyen problemas para recordar o concentrarse (comúnmente llamado "quimio cerebro" o "quimio niebla"), fatiga, náuseas y depresión. La actividad física también puede mejorar el equilibrio, prevenir la atrofia muscular y reducir el riesgo de coágulos de sangre, que son cruciales para la recuperación.
Tanto el ejercicio aeróbico como el anaeróbico son igualmente beneficiosos para aliviar los efectos secundarios del tratamiento del cáncer. El ejercicio aeróbico es una actividad sostenida que aumenta la frecuencia cardíaca y bombea más oxígeno a los músculos. Le ayuda a controlar su peso, mejorar su salud mental y aumentar su inmunidad. Ejemplos incluyen:
El ejercicio anaeróbico es una actividad de alta intensidad y corta duración que desarrolla la masa muscular y la fuerza general. Ejemplos incluyen:
Pregúntele a su médico cuánto y con qué frecuencia puede hacer ejercicio, y si hay tipos de ejercicio que debe evitar. Hacer que la actividad física sea parte de su plan de tratamiento puede ayudar a su recuperación física y mejorar su bienestar emocional.
La terapia cognitiva conductual (TCC) es una psicoterapia práctica a corto plazo. Su objetivo es cambiar el comportamiento subyacente y los patrones de pensamiento que causan ansiedad y duda.
Este tipo de terapia puede ayudar a aliviar algo de la depresión y la soledad que pueden surgir cuando se vive con cáncer de mama avanzado. Incluso puede ayudar en la recuperación y aumentar la longevidad.
Si está interesado en encontrar un terapeuta, puede comenzar su búsqueda en el Directorio de terapeutas de la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión.
Las antiguas prácticas de mente y cuerpo y otras terapias complementarias pueden ayudar a controlar los efectos emocionales y psicológicos del tratamiento del cáncer. Tales prácticas incluyen:
Estas actividades pueden mejorar su calidad de vida al reducir el estrés y la fatiga. Un estudio incluso encontró que los participantes de yoga tenían niveles más bajos de cortisol, una hormona liberada por el cuerpo en respuesta al estrés.
Si le han diagnosticado cáncer de mama avanzado, puede ser particularmente útil conectarse con otras personas que saben por lo que está pasando.
Los grupos de apoyo son un gran lugar para aprender habilidades de afrontamiento relacionadas con el ejercicio, la dieta y la meditación que pueden ayudarlo a controlar el estrés de la enfermedad.
Hay muchos recursos en línea para ayudarlo a encontrar apoyo. Estos sitios web son un gran punto de partida:
Su médico, hospital o proveedor de tratamiento también puede proporcionarle una lista de grupos de apoyo en su área.
Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), las personas que viven con cáncer tienen una probabilidad ligeramente mayor de sobrevivir cinco años o más después de la quimioterapia si interactúan durante la quimioterapia con otras personas que han sobrevivido cinco años o más. Esto se debe a que estas interacciones sociales proporcionan una perspectiva más positiva y ayudan a reducir el estrés.
Aquí hay algunas maneras simples en las que puedes participar socialmente:
Es normal sentirse asustado, abrumado e inseguro después de un diagnóstico de cáncer de mama metastásico. Pero puedes superar esas emociones. Al participar en actividades físicas y sociales, puede mejorar su calidad de vida, reducir el estrés y tener un efecto positivo en su perspectiva.