Durante un ataque de asma, las vías respiratorias se estrechan, lo que dificulta la respiración y proporciona suficiente oxígeno a los pulmones. También puede tener síntomas como dolor en el pecho, tos y sibilancias. Sus conductos de aire pueden inflamarse tanto que necesita atención de urgencia en un hospital.
Un ataque de asma puede ser una experiencia aterradora. Puede llevar días, o incluso semanas, recuperarse completamente.
Si alguna vez has tenido un ataque, la idea de tener otro puede ser aterrador. Tomarse un tiempo para usted después de un ataque de asma puede ayudarlo a recuperarse y posiblemente disminuir el riesgo de tener otro.
Una vez que haya pasado la etapa de emergencia, puede comenzar a pensar en recuperarse nuevamente. Lo más importante es tomar su medicamento exactamente como su médico le recetó para prevenir otro ataque.
Si los ataques de asma graves se están convirtiendo en un patrón para usted, considere reunirse con su médico para volver a evaluar su plan de tratamiento. Es posible que deba aumentar la dosis de su medicamento actual o agregar uno nuevo para prevenir futuros brotes.
Una vez que haya ajustado su plan de tratamiento, quédese con él. Informe a su médico si experimenta síntomas nuevos o que empeoran.
Un ataque grave de asma puede ser grave. Después, necesitas tiempo para descansar y recuperarte.
Quédate en casa y relájate por unos días. No regrese al trabajo hasta que se sienta con ganas de hacerlo, y su médico le dice que está listo.
Poner las tareas y otras responsabilidades en el segundo plano. Pídale a sus amigos y familiares que le ayuden a comprar, cocinar y limpiar hasta que se sienta listo para volver a su rutina.
El asma es un trastorno del sueño; un ataque de asma puede hacer que su ciclo de sueño se salga de control. Es difícil descansar cuando está respirando con dificultad y tosiendo.
Usar su inhalador puede ayudar a prevenir los síntomas, pero los medicamentos para el asma también pueden mantenerlo despierto. Si su medicamento para el asma afecta su sueño, pregúntele a su médico si puede tomarlo más temprano en el día.
Los desencadenantes de alergias en su dormitorio también pueden provocar síntomas. Lave su ropa de cama con agua caliente y pase la aspiradora a menudo para deshacerse de los ácaros del polvo. Mantenga a las mascotas fuera de su habitación, o al menos hágalas dormir en su propia cama.
Además de tomar los medicamentos que su médico le recetó, hacer ciertos ejercicios de respiración puede ayudarlo a respirar mejor y sentirse mejor. Algunas técnicas para tratar incluyen:
Pregúntele a su médico qué ejercicios de respiración son adecuados para usted y cómo realizarlos correctamente.
Ninguna dieta en particular puede prevenir los síntomas del asma, pero comer alimentos saludables puede ayudarlo a sentirse mejor en general. Si tiene sobrepeso, perder unos kilos le dará a sus pulmones más espacio para expandirse.
En las comidas, carga de frutas y verduras. Los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes como el betacaroteno y las vitaminas A y E, que pueden ayudar a combatir la inflamación en los pulmones.
También aumente su consumo de ácidos grasos omega-3, que se encuentran en peces de agua fría como el salmón y el atún, así como en nueces y semillas. Existe cierta evidencia de que estos alimentos podrían ayudar a reducir los síntomas del asma.
Si tiene sensibilidades o alergias a determinados alimentos, intente evitarlos. Las reacciones alérgicas a los alimentos pueden desencadenar los síntomas del asma.
El ejercicio es una buena manera de fortalecer sus pulmones y controlar sus síntomas de asma. Además, la respiración lenta y acelerada que usa cuando practica yoga puede ayudar a mejorar sus síntomas de asma y la función pulmonar.
Tener un ataque de asma grave puede ser muy molesto. Incluso si sus pulmones se recuperan rápidamente, su estado emocional podría permanecer frágil. Si se siente triste o ansioso, consulte a un psicólogo o terapeuta. O únase a un grupo de apoyo para personas que viven con asma grave.