Las duchas frías son cualquier ducha con una temperatura del agua inferior a 70 ° F. Pueden tener beneficios para la salud. La terapia con agua (también llamada hidroterapia) se ha utilizado durante siglos para aprovechar la tendencia de nuestro cuerpo a adaptarse a condiciones más duras. Como resultado, nuestros cuerpos se vuelven más resistentes al estrés.
Las duchas frías no son una fuente principal de tratamiento para ninguna afección, pero pueden ayudar a mejorar el alivio de los síntomas y el bienestar general. Echa un vistazo a los beneficios de una ducha fría a continuación.
La depresión afecta al menos al 10 por ciento de los adultos estadounidenses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Muchas drogas tratan la depresión, dependiendo de la severidad o duración de los síntomas. Un método holístico de tratamiento que está ganando popularidad es la hidroterapia. Tomar una ducha fría durante hasta 5 minutos, 2 a 3 veces por semana, demostró ayudar a aliviar los síntomas de la depresión en un ensayo clínico.
Para las personas con depresión, las duchas de agua fría pueden funcionar como una especie de terapia de electroshock suave. El agua fría envía muchos impulsos eléctricos a tu cerebro. Sacuden su sistema para aumentar el estado de alerta, la claridad y los niveles de energía. Las endorfinas, que a veces se llaman hormonas de la felicidad, también se liberan. Este efecto conduce a sentimientos de bienestar y optimismo.
La grasa blanca es la grasa que asociamos con enfermedades como la obesidad y las enfermedades del corazón, pero todos nacemos con grasa marrón. Los investigadores han descubierto que la grasa parda juega un papel importante en la salud de los adultos. Los niveles saludables de grasa marrón también indican que la grasa blanca estará en un nivel saludable. Y la grasa parda se activa por la exposición al frío.
Las personas obesas no pueden simplemente comenzar a tomar duchas frías para perder peso sin cambiar otros hábitos de estilo de vida. Pero tomar una ducha fría 2 o 3 veces por semana puede contribuir a un aumento del metabolismo. Puede ayudar a combatir la obesidad con el tiempo. La investigación sobre cómo exactamente las duchas frías ayudan a las personas a perder peso no está clara. Aún así, muestra que el agua fría puede igualar ciertos niveles de hormonas y curar el sistema gastrointestinal. Estos efectos pueden aumentar la capacidad de la ducha fría para llevar a la pérdida de peso.
Puede sentirse incómodo sumergir nuestros cuerpos en agua fría, pero también puede ser estimulante. Esto se debe a que el agua, que es más fría que la temperatura natural de nuestro cuerpo, hace que el cuerpo trabaje un poco más para mantener su temperatura central. Cuando se toman regularmente, las duchas frías pueden hacer que nuestro sistema circulatorio sea más eficiente. Algunas personas también informan que su piel se ve mejor como resultado de las duchas frías, probablemente debido a una mejor circulación.
Los atletas han conocido este beneficio durante años, incluso si solo recientemente hemos visto datos que apoyan el agua fría para curarse después de una lesión deportiva. Es la misma razón por la que el hielo reduce la inflamación cuando magullamos o rasgamos un músculo. Al reducir la temperatura de un área del cuerpo, aceleramos el suministro de sangre más cálida y recién oxigenada a esa área. Y eso acelera el tiempo de recuperación. Algunas personas pueden beneficiarse de las duchas frías como una forma de ayudar a que su sangre se mueva a través de su cuerpo más rápidamente. Estos incluyen personas con mala circulación, presión arterial alta y diabetes.
Nuestros cuerpos están diseñados para volverse resistentes a los elementos a los que estamos expuestos. Por ejemplo, los leucocitos ayudan a combatir las infecciones en el cuerpo. El choque de agua fría en el torrente sanguíneo estimula los leucocitos. Esto significa que tomar duchas frías puede ayudar a su resistencia a enfermedades comunes, como resfriados y gripe.
Un estudio incluso indicó que las duchas frías podrían hacer que el cuerpo sea más resistente a ciertos tipos de cáncer. Y un ensayo clínico en los Países Bajos mostró que las personas que tomaban duchas frías pedían menos trabajo.
Las personas que se están preparando para una cirugía u otro tratamiento de la enfermedad que podría provocar una disminución de la inmunidad podrían comenzar a tomar duchas frías en la preparación.
Duchas frías no son una cura mágica para cualquier condición. Deben usarse como un suplemento a los tratamientos tradicionales, pero no como un reemplazo.
Recuerde que las personas que toman medicamentos para su salud mental no deben dejar de tomarlos repentinamente a favor de ningún tratamiento alternativo. Las personas con depresión clínica a largo plazo o con un diagnóstico de afecciones de personalidad bipolar o límite no deben usar duchas frías como un reemplazo de lo que su médico ha recetado bajo ninguna circunstancia.
Si se siente enfermo, ha sido dado de alta recientemente en el hospital, o tiene algún problema inmunológico, espere a probar las duchas frías. Si bien el hábito de la ducha fría es beneficioso para la mayoría de las personas, el hábito requiere algo de tiempo para acostumbrarse. El cuerpo puede ser gravado por el proceso de acostumbrarse a él.
La forma ideal de tomar una ducha fría es aliviar el hábito.
Comience por bajar lentamente la temperatura al final de una ducha habitual. Pon el agua lo suficientemente fría para que comiences a sentirte incómodo. Luego, permanezca debajo del agua durante 2 o 3 minutos. Respirar profundamente ayudará a disminuir su malestar mental. La próxima vez que intente este ejercicio, enfríe un poco el agua. Trate de durar un minuto o dos en el agua más fría. Después de realizar esta actividad de 7 a 10 veces, encontrará que incluso podría esperar bajar el agua caliente.