El trastorno de rumiación, también conocido como síndrome de rumiación, es una condición rara y crónica. Afecta a bebés, niños y adultos.
Las personas con este trastorno regurgitan los alimentos después de la mayoría de las comidas. La regurgitación se produce cuando los alimentos ingeridos recientemente se elevan hacia el esófago, la garganta y la boca, pero no se expulsan de la boca de manera involuntaria o forzada, ya que se producen vómitos.
El síntoma principal de este trastorno es la regurgitación repetida de alimentos no digeridos. La regurgitación suele ocurrir entre media hora y dos horas después de comer. Las personas con esta afección regurgitan todos los días y después de casi todas las comidas.
Otros síntomas pueden incluir:
Los signos y síntomas del trastorno de rumiación son los mismos tanto en niños como en adultos. Los adultos son más propensos a escupir alimentos regurgitados. Es más probable que los niños vuelvan a cosechar y vuelvan a asaltar la comida.
El trastorno de rumiación se ha relacionado con otros trastornos de la alimentación, en particular la bulimia nerviosa, pero aún no está claro cómo se relacionan estas afecciones. La quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-V) identifica los siguientes criterios diagnósticos para el trastorno de rumiación:
Los síntomas del trastorno de rumiación son diferentes de los del reflujo ácido y la ERGE:
Los investigadores no entienden completamente qué causa el trastorno de la rumia.
Se piensa que la regurgitación no es intencional, pero la acción requerida para regurgitar es probablemente aprendida. Por ejemplo, una persona con trastorno de rumia puede que, sin saberlo, nunca haya aprendido a relajar sus músculos abdominales. Contraer los músculos del diafragma puede llevar a la regurgitación.
Se necesita más investigación para comprender mejor esta condición.
El trastorno de la rumia puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en bebés y niños con discapacidades intelectuales.
Algunas fuentes sugieren que el trastorno de rumia es más probable que afecte a las mujeres, pero se necesitan estudios adicionales para confirmar esto.
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de trastorno de rumia en niños y adultos incluyen:
Se necesita más investigación para identificar cómo estos factores contribuyen al trastorno de la rumia.
No hay prueba para el trastorno de la rumia. Su médico realizará un examen físico y le pedirá que describa los síntomas y la historia clínica de usted o de su hijo. Cuanto más detalladas sean sus respuestas, mejor. Un diagnóstico se basa principalmente en los signos y síntomas que describe. Las personas con trastorno de rumiación a menudo no tienen otros síntomas como vómitos verdaderos o una sensación ácida o sabor en la boca o garganta.
Se pueden usar ciertos exámenes para descartar otras afecciones médicas. Por ejemplo, los análisis de sangre y los estudios de imagen podrían usarse para descartar trastornos gastrointestinales. Su médico puede buscar otros signos de un problema, como deshidratación o deficiencias nutricionales.
El trastorno de rumiación a menudo se diagnostica erróneamente y se confunde con otras afecciones. Se necesita más conciencia para ayudar a las personas con la afección y los médicos a identificar los síntomas.
El tratamiento para el trastorno de la rumia es el mismo tanto en niños como en adultos. El tratamiento se centra en cambiar el comportamiento aprendido responsable de la regurgitación. Se pueden utilizar diferentes enfoques. Su médico adaptará el enfoque según su edad y habilidades.
El tratamiento más simple y efectivo para el trastorno de rumia en niños y adultos es el entrenamiento de respiración diafragmática. Se trata de aprender a respirar profundamente y relajar el diafragma. La regurgitación no puede ocurrir cuando el diafragma está relajado.
Aplicar técnicas de respiración diafragmática durante y justo después de las comidas. Eventualmente, el desorden de la rumia debería desaparecer.
Otros tratamientos para el trastorno de la rumia pueden incluir:
Actualmente no hay medicamentos disponibles para el trastorno de la rumia.
Diagnosticar el trastorno de la rumia puede ser un proceso largo y difícil. Una vez realizado el diagnóstico, el pronóstico es excelente. El tratamiento para el trastorno de rumiación es efectivo en la mayoría de las personas. En algunos casos, el trastorno de la rumia incluso desaparece por sí solo.