La artritis reumatoide (AR) puede ser un trastorno autoinmune debilitante en el que el sistema inmunitario ataca las articulaciones. Aunque los síntomas suelen ir y venir, es una enfermedad crónica. Si le han diagnosticado AR, es probable que se enfrente a ella durante el resto de su vida. Por lo tanto, es importante que aprenda todo lo que pueda sobre su diagnóstico y cómo controlar la afección.
Se estima que alrededor de 1.3 millones de adultos viven con AR. Es comúnmente confundido con otros problemas de salud porque tiene otros síntomas además del dolor en las articulaciones. Debido al mayor riesgo de problemas relacionados, como la discapacidad, es importante tener una discusión exhaustiva con sus médicos sobre sus hábitos de vida y un plan de tratamiento agresivo. Considere los siguientes consejos para aprovechar al máximo sus citas.
La AR se clasifica como una enfermedad autoinmune, que se encuentra en la misma familia que la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 1 y la colitis ulcerosa. Si bien la AR afecta sus articulaciones primero, puede tener muchos síntomas similares a los de otras enfermedades autoinmunes. Esta es la razón por la que, además de las articulaciones inflamadas y dolorosas, también puede experimentar:
Si no se trata, la AR puede aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas, como deformidad, discapacidad y problemas en los órganos. Encontrar el médico adecuado para obtener un diagnóstico preciso es crucial.
Es probable que vea varios tipos de médicos a lo largo de su tratamiento de AR.
Su proveedor de atención primaria (PCP) debe ser su primera parada si experimenta algún síntoma de RA. Su PCP puede darle un diagnóstico de AR. También pueden derivarlo a un reumatólogo u otro médico para un tratamiento adicional.
Un reumatólogo tiene una formación especial en enfermedades de las articulaciones y el tejido conjuntivo, así como en inmunología. Si se le diagnostica AR, su reumatólogo determinará la mejor manera de tratarlo. Un reumatólogo también controlará sus síntomas y los resultados de las pruebas.
Un ortopedista es un cirujano que se especializa en traumatismos y enfermedades de los huesos y articulaciones. Si su reumatólogo sospecha daño en las articulaciones, es posible que lo remitan a un ortopedista para que le realicen más pruebas. Este tipo de médico realizará cualquier cirugía que pueda necesitar.
Los fisioterapeutas ayudan a las personas a mantener y restaurar el movimiento y la función perdidos por lesiones y enfermedades. Si tiene RA, un fisioterapeuta puede ayudarlo a crear un programa de ejercicios para mejorar la fuerza y la función de las articulaciones y preservar el rango de movimiento. Su terapeuta también puede ofrecer consejos para reducir el dolor.
Los terapeutas ocupacionales ayudan a las personas a aprender a realizar las tareas cotidianas de manera más efectiva. Si tiene AR, un terapeuta ocupacional puede enseñarle cómo vivir con menos dolor. Esto podría incluir aprender nuevas formas de doblar o alcanzar cosas. Los terapeutas ocupacionales también pueden proporcionar dispositivos de asistencia, como férulas y herramientas de agarre.
Su primera cita finalmente establecerá el tono para su plan de tratamiento de AR. Por lo tanto, la preparación es clave para asegurarse de que su reumatólogo tenga toda la información necesaria para tratar sus síntomas adecuadamente. No tener suficiente información puede resultar en más citas y quizás más pruebas de diagnóstico para obtener los datos que su médico necesita.
En primer lugar, asegúrese de que puede proporcionar una descripción detallada de sus síntomas. Puede ser útil tener un diario o un bloc de notas que detalle cosas clave, como:
Dado que la AR es un trastorno autoinmune, se cree que la genética desempeña un papel en su desarrollo. Esto significa que es posible que tenga antecedentes familiares de trastornos autoinmunes. Sin embargo, sus familiares no necesariamente tienen RA.
Se cree que la RA está relacionada con un gen llamado HLA-DR4. Pregúntele a los miembros de su familia acerca de la posibilidad de RA u otros trastornos autoinmunes que existen en la familia. También querrá proporcionar a su médico los detalles que rodean su historial familiar personal, incluidas otras enfermedades subyacentes que pueda tener.
Finalmente, querrá hacer una lista de todos los medicamentos y suplementos que toma, incluidos los que se venden sin receta. Esto puede ayudar a prevenir la posibilidad de interacciones de medicamentos con cualquier medicamento para la AR que su médico pueda recetarle. Además, informe a su médico si actualmente está tomando alguna terapia alternativa o complementaria.
Es útil prepararse para ir a ver a su médico teniendo lista una lista de preguntas. Algunas cosas que usted podría querer preguntar incluyen:
La AR es una enfermedad crónica a largo plazo. Para algunas personas, esto puede ser muy estresante. Algunas personas con AR desarrollan problemas de salud mental graves, como ansiedad, depresión e insomnio crónico.
Algunas personas obtienen todo el apoyo que necesitan de familiares y amigos. A otros les resulta útil unirse a un grupo de apoyo para personas con AR. Puede preguntarle a su reumatólogo si hay un grupo de apoyo de AR cerca de usted. También puede consultar dónde encontrar soporte de RA en la web.
Tomar el control de su tratamiento también puede ayudarlo a sobrellevar la situación. Hable con su médico sobre cómo encontrar maneras de controlar sus síntomas y dolor.
Por último, no olvides estar atento a tus límites. Es importante mantenerse lo más activo posible, pero esforzarse demasiado puede causar más fatiga y daño. Descanse cuando lo necesite y no tenga miedo de pedir ayuda. Cuidarse ahora puede ayudarlo a mantenerse más saludable en el futuro.