El pericondrio es una capa densa de tejido conjuntivo fibroso que cubre el cartílago en varias partes del cuerpo.
El tejido del pericondrio comúnmente cubre estas áreas:
En los adultos, el tejido de pericondrio no cubre el cartílago articular en las articulaciones o donde los ligamentos se adhieren al hueso. Sin embargo, en los niños, el pericondrio se puede encontrar en el cartílago articular junto con áreas comunes en todo el cuerpo. Esto suele ser el motivo por el que la regeneración celular es más probable en niños que en adultos.
El pericondrio está hecho de dos capas:
El tejido de pericondrio ayuda a proteger a los huesos de lesiones, específicamente a aquellos que aún están en crecimiento o en desarrollo. Como forma de protección, fomenta la regeneración celular para reducir el tiempo de recuperación. Esto es especialmente cierto para los niños, pero puede no serlo para los adultos.
Su tejido de pericondrio también proporciona elasticidad a partes de su cuerpo al reducir la fricción. Esto puede prevenir daños en los huesos, lesiones y deterioro a largo plazo.
La naturaleza fibrosa del tejido del pericondrio permite que el flujo de sangre pase fácilmente a través de su cuerpo. Este flujo sanguíneo constante ayuda a distribuir los nutrientes necesarios para fortalecer y nutrir el cartílago. El tejido fibroso de pericondrio también permite que el oxígeno y los nutrientes fluyan sin obstrucción.
Un traumatismo en el cartílago puede dañar el tejido pericondrium. Las lesiones comunes incluyen: