El linfoma de Hodgkin es un cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos.
Los principales tratamientos son quimioterapia y radiación, ya sea solos o en combinación. La inmunoterapia y el trasplante de células madre también pueden ser opciones, especialmente si otros tratamientos no están funcionando o si está lidiando con una recurrencia.
No hay un plan de tratamiento único que sea adecuado para todos. Cada tipo de terapia tiene beneficios y riesgos potenciales, y el curso correcto depende de sus circunstancias individuales.
Continúe leyendo para obtener más información sobre los factores que guiarán el tratamiento del linfoma de Hodgkin.
Cada tipo de linfoma de Hodgkin tiene su propio patrón de comportamiento típico. Lo que funciona mejor para un tipo puede no ser la mejor opción para tratar a otro.
El linfoma de Hodgkin clásico representa aproximadamente el 95 por ciento de los linfomas de Hodgkin. Se trata de células cancerosas llamadas células de Reed-Sternberg. Hay cuatro subtipos de linfoma de Hodgkin clásico:
Linfoma de Hodgkin con predominio de linfocitos nodulares es otro tipo de linfoma de Hodgkin. Se trata de células cancerosas grandes llamadas células de palomitas de maíz. Este tipo comienza en los ganglios linfáticos debajo del brazo o en el cuello, y no es muy agresivo.
Saber hasta qué punto se ha propagado el cáncer y qué áreas del cuerpo están afectadas ayuda a su médico a ofrecer una perspectiva general y elegir los mejores tratamientos. En términos generales, el cáncer en etapa más temprana es más fácil de tratar que el cáncer en etapa más avanzada.
El linfoma de Hodgkin se clasifica de la siguiente manera:
Cuando el cáncer regresa después de haber recibido tratamiento, se llama linfoma de Hodgkin recurrente. El tratamiento puede incluir quimioterapia de combinación y radioterapia, que se puede usar para combatir el cáncer y aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Otra opción es una combinación de dosis altas de quimioterapia seguida de un trasplante de células madre (trasplante de médula ósea). Es posible que su médico también pueda remitirlo a un ensayo clínico.
Los tratamientos vienen con efectos secundarios a corto y largo plazo, algunos de los cuales se pueden controlar. Todo esto debe tenerse en cuenta al tomar sus decisiones de tratamiento.
Por ejemplo, la quimioterapia generalmente se administra en ciclos durante varias semanas o meses. Es posible que le administren un medicamento o una combinación de medicamentos, o el régimen y las dosis pueden variar. Los efectos secundarios de la quimioterapia varían, pero inicialmente pueden incluir:
Los riesgos a largo plazo de la quimioterapia incluyen infertilidad y cánceres secundarios. También deberá realizarse varias pruebas de sangre e imágenes para ver si la quimioterapia está funcionando.
La radioterapia consiste en un número específico de tratamientos a lo largo de varias semanas. Tendrás que seguir un horario bastante estricto. Los efectos secundarios a corto plazo pueden incluir fatiga e irritación de la piel. La radiación al área del cuello puede causar dolor de garganta y boca. Los efectos secundarios a largo plazo pueden incluir cánceres secundarios y daño a los órganos que se encuentran dentro del rango de radiación.
Un trasplante de células madre requiere que primero se administre altas dosis de quimioterapia y radiación. El procedimiento puede aumentar su riesgo de infección.
Al decidir el tratamiento, es posible que usted y su médico deban tener en cuenta su edad. Las personas mayores de 50 años pueden requerir un tratamiento más intensivo.
Su estado general de salud también tiene mucho que ver con qué tan bien puede soportar ciertos tratamientos. Otros problemas médicos graves, como la enfermedad cardíaca o la diabetes no controlada, por ejemplo, podrían ser un factor en sus decisiones de tratamiento.
Los síntomas como sudoración excesiva, fiebre y pérdida de peso también pueden afectar su tratamiento.
Si está embarazada, la quimioterapia y la radioterapia pueden ser perjudiciales para su feto. Su médico puede sugerir? Espera vigilante? lo que significa suspender el tratamiento, pero vigilarlo de cerca para detectar cambios. A medida que el bebé se acerca a término, se puede inducir el parto para que pueda comenzar el tratamiento.
Asegúrese de informar a su oncólogo acerca de todas sus afecciones médicas.
Todas estas cosas, además de sus preferencias personales, deben considerarse al elegir el tratamiento. Por eso es importante hacer preguntas, expresar sus inquietudes y dar a conocer sus deseos.
Junto con su equipo de atención contra el cáncer, evaluará todas sus opciones y decidirá el mejor tratamiento. Sea cual sea el tratamiento que elija, su médico controlará su progreso y recomendará cambios según sea necesario.