El adenoma hepático es un tumor hepático benigno y poco frecuente. Benigno significa que no es canceroso. También se conoce como adenoma hepatocelular o adenoma de células hepáticas.
El adenoma hepático es extremadamente raro. A menudo afecta a las mujeres y se ha relacionado con el uso de píldoras anticonceptivas.
Siga leyendo para conocer los síntomas, las causas, el diagnóstico y el tratamiento de este tumor hepático no canceroso.
El adenoma hepático no suele causar síntomas. Sin embargo, algunas veces causa síntomas leves, como dolor, náuseas o sensación de plenitud. Esto ocurre típicamente cuando el tumor es lo suficientemente grande como para ejercer presión sobre los órganos y tejidos vecinos.
Es posible que no sepa que tiene un adenoma hepático a menos que se rompa. Una ruptura de adenoma hepático es grave. Puede causar:
En casos raros, puede ser mortal.
A medida que mejoran las pruebas de imagen, cada vez es más frecuente descubrir adenomas hepáticos antes de que se rompan y causen síntomas.
El factor de riesgo más común para el adenoma hepático es el uso de píldoras anticonceptivas orales basadas en estrógenos. Su riesgo aumenta con el uso prolongado y con dosis altas de estrógeno.
El embarazo también puede aumentar su riesgo. El embarazo estimula la liberación de ciertas hormonas relacionadas con el desarrollo de estos tumores.
Otros factores de riesgo menos comunes incluyen:
Si se sospecha un tumor en el hígado, su médico podría sugerir pruebas para identificar el tumor y su causa. También pueden sugerir pruebas para descartar otros diagnósticos potenciales.
Un ultrasonido es a menudo uno de los primeros pasos que tomará su médico para ayudarles a hacer un diagnóstico. Si su médico encuentra una gran masa a través de una ecografía, es posible que se requieran pruebas adicionales para confirmar que la masa es un adenoma hepático.
Se pueden usar otras pruebas por imágenes, como tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para aprender más sobre el tumor.
Si el tumor es grande, su médico también podría sugerir una biopsia. Durante una biopsia, se extrae una pequeña muestra de tejido de la masa y se evalúa bajo un microscopio.
Hay cuatro tipos propuestos de adenoma hepático:
Según una revisión de 2013:
Cada tipo está asociado con distintos factores de riesgo. Sin embargo, el tipo de adenoma hepático no suele cambiar el tratamiento sugerido.
Los tumores que miden menos de 2 pulgadas de longitud rara vez se asocian con complicaciones. Si tiene un tumor pequeño, su médico podría sugerir que lo controle con el tiempo en lugar de tratarlo. También se le puede pedir que deje de tomar las píldoras anticonceptivas para retardar el crecimiento del tumor.
La investigación sugiere que la mayoría de los adenomas hepáticos pequeños tienden a permanecer estables durante los períodos de observación. Un pequeño porcentaje de ellos desaparece. Su médico puede usar una ecografía para controlar el tamaño del tumor.
Si tiene un tumor grande, su médico puede recomendar una cirugía de resección del hígado para extirpar el tumor. Esto se debe a que los tumores grandes son más propensos a causar complicaciones, como ruptura espontánea y sangrado.
Se recomienda la cirugía:
Cuando no se tratan, los adenomas hepáticos pueden romperse espontáneamente. Esto puede causar dolor abdominal y sangrado interno. Una ruptura de adenoma hepático requiere tratamiento médico inmediato.
En casos raros, los adenomas hepáticos no tratados pueden volverse cancerosos. Esto es más probable cuando el tumor es grande.
Varios estudios sugieren que los adenomas hepáticos activados con catenina \ beta son más propensos a volverse cancerosos. Se necesita investigación adicional para comprender el vínculo entre los tipos de adenoma hepático y el cáncer.
El adenoma hepático es extremadamente raro. Este tumor suele estar asociado con el uso de píldoras anticonceptivas, pero también se puede ver en hombres o en mujeres que no toman píldoras anticonceptivas.
El adenoma hepático puede no causar ningún síntoma. Esto puede hacer que sea difícil saber si lo tienes. En casos raros, el adenoma hepático no tratado produce complicaciones graves.
El adenoma hepático es tratable. El pronóstico a largo plazo es bueno para las personas con esta afección cuando se identifica y trata de manera temprana.