La displasia fibromuscular (FMD, por sus siglas en inglés) es una condición que hace que crezcan células adicionales dentro de las paredes de las arterias. Las arterias son vasos sanguíneos que transportan sangre desde su corazón al resto de su cuerpo. El crecimiento celular adicional estrecha las arterias, permitiendo que fluya menos sangre a través de ellas. También puede provocar protuberancias (aneurismas) y desgarros (disecciones) en las arterias.
La fiebre aftosa típicamente afecta las arterias de tamaño mediano que suministran sangre a:
La reducción del flujo de sangre a estos órganos puede provocar daños permanentes.
La fiebre aftosa afecta a entre el 1 y el 5 por ciento de los estadounidenses. Alrededor de un tercio de las personas con esta afección lo tienen en más de una arteria.
La fiebre aftosa no siempre causa síntomas. Cuando lo hace, los síntomas dependen de qué órganos se ven afectados.
Los síntomas de la reducción del flujo sanguíneo a los riñones incluyen:
Los síntomas de la reducción del flujo de sangre al cerebro incluyen:
Los síntomas de la reducción del flujo de sangre al abdomen incluyen:
Los síntomas de la reducción del flujo de sangre a los brazos y piernas incluyen:
Los médicos no están seguros de qué causa la fiebre aftosa. Sin embargo, los investigadores se han basado en tres teorías principales:
Alrededor del 10 por ciento de los casos de fiebre aftosa se producen en miembros de la misma familia, lo que sugiere que la genética puede desempeñar un papel. Sin embargo, solo porque su padre o hermano tenga la condición no significa que la obtendrá. Además, los miembros de la familia pueden tener fiebre aftosa que afecta diferentes arterias.
Las mujeres tienen de tres a cuatro veces más probabilidades de contraer fiebre aftosa que los hombres, lo que sugiere que las hormonas femeninas pueden estar involucradas. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar esto.
La falta de oxígeno en las arterias mientras se están formando podría hacer que se desarrollen anormalmente, lo que lleva a una disminución del flujo sanguíneo.
Si bien se desconoce la causa exacta de la fiebre aftosa, existen algunos factores que pueden aumentar su probabilidad de desarrollarla. Éstos incluyen:
Es posible que su médico sospeche que tiene fiebre aftosa después de escuchar un zumbido cuando escucha su arteria con un estetoscopio. Además de evaluar sus otros síntomas, también pueden usar una prueba de imagen para confirmar su diagnóstico.
Las pruebas de imagen utilizadas para diagnosticar la fiebre aftosa incluyen:
No hay cura para la fiebre aftosa, pero puede controlarla. Los tratamientos pueden ayudarlo a controlar sus síntomas y prevenir las complicaciones de la enfermedad.
Muchas personas encuentran cierto grado de alivio con los medicamentos para la presión arterial, que incluyen:
Es posible que también necesite tomar anticoagulantes, como la aspirina, para prevenir los coágulos de sangre. Esto facilita que la sangre pase a través de las arterias estrechadas.
Las opciones de tratamiento adicionales incluyen:
Un tubo delgado llamado catéter con un globo en un extremo se introduce en la arteria estrechada. Luego, se infla el globo para mantener la arteria abierta.
Si tiene una obstrucción en la arteria o si ésta es extremadamente estrecha, es posible que necesite una cirugía para solucionarlo. Su cirujano extirpará la parte bloqueada de su arteria o redireccionará el flujo sanguíneo a su alrededor.
La fiebre aftosa suele ser una condición de por vida. Sin embargo, los investigadores no han encontrado ninguna evidencia de que disminuya la esperanza de vida, y muchas personas con fiebre aftosa viven bien en sus 80 y 90 años.
Colabore con su médico para encontrar la mejor manera de controlar sus síntomas y asegúrese de informarles si observa algún síntoma nuevo, que incluye: