La universidad es un momento emocionante para los estudiantes. Sin embargo, a medida que su mundo se abre a nuevas aventuras y posibilidades, muchos riesgos para la salud los rodean. Desde enfermedades hasta hábitos de vida poco saludables, aprenda sobre las preocupaciones de salud más importantes que enfrenta su estudiante universitario y qué puede hacer para ayudar.
La salud mental tiene un costo en la universidad, lo que aumenta el riesgo de ansiedad y depresión. Con la presión de los exámenes, calificaciones y requisitos de ayuda financiera, su estudiante tiene mucho en su plato. Su hijo adolescente también está solo por primera vez y está aprendiendo a adaptarse a un entorno completamente nuevo.
Lo que puedes hacer: Si su adolescente experimenta ansiedad o depresión, pídales que busquen ayuda en los servicios de salud para estudiantes de su campus. La terapia y otros servicios a menudo se incluyen en su matrícula y aranceles. Clases de meditación y yoga también pueden ayudar a aliviar el estrés.
La meningitis es una infección de las meninges, que es un tejido protector que rodea la médula espinal y el cerebro. Es una de las enfermedades graves más comunes entre los estudiantes universitarios. La forma bacteriana es de particular preocupación debido a su rápido inicio. También puede llevar a complicaciones graves, como daño cerebral y discapacidad física.
Los estudiantes universitarios tienen un mayor riesgo de contraer meningitis porque comparten lugares cercanos con los demás. Las enfermedades infecciosas, como la meningitis, se pueden propagar rápidamente en dormitorios, apartamentos, comedores y aulas.
Lo que puedes hacer: La mejor manera de proteger a su estudiante de la meningitis es asegurarse de que estén vacunados. Las vacunas contra la meningitis bacteriana por lo general se administran por primera vez alrededor de los 11 o 12 años, pero los adultos jóvenes de hasta 23 años todavía pueden contraerlas. Las vacunas de refuerzo también se pueden tomar durante la edad adulta si su médico cree que su hijo está en riesgo.
Dado que la mayoría de las actividades universitarias tratan con grupos de personas en entornos cercanos, una variedad de otras enfermedades también se pueden propagar fácilmente.
Estos incluyen (pero no se limitan a):
Lo que puedes hacer: Además de las vacunas contra la meningitis, asegúrese de que su estudiante universitario esté al día con otras vacunas. Esto incluye una vacuna anual contra la gripe. Además, enséñele a su adolescente buenas técnicas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, y anímelos a que lleven desinfectante de manos cuando no haya agua y jabón disponibles.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) también representan riesgos para los estudiantes universitarios. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), hasta la mitad de todas las ITS diagnosticadas cada año ocurren en personas de 15 a 24 años de edad. Algunas ITS pueden curarse con medicamentos. Otros, como el VIH, el VPH (virus del papiloma humano) y el VHS (virus del herpes simple) pueden tener efectos duraderos.
Lo que puedes hacer: Asegúrese de hablar con su adolescente sobre el sexo seguro antes de ir a la universidad. Aliente tanto a las mujeres jóvenes como a los hombres jóvenes en su vida a vacunarse contra el VPH para prevenir el cáncer de los genitales, el cuello uterino y la garganta, junto con las verrugas genitales.
Si bien los anticonceptivos orales y otros métodos de control de la natalidad ayudan a prevenir el embarazo, solo los métodos de barrera como los condones y los diques dentales pueden proteger contra las ITS. Si su adolescente es sexualmente activo, debe hacerse una prueba anual de ITS.
La universidad ofrece años de estudio y vinculación con los demás. Con todo esto, su adolescente probablemente experimentará la falta de sueño y una dieta deficiente. También es posible que no reserven el tiempo suficiente para un entrenamiento adecuado. Si bien dormir cuatro horas por noche y comer fideos ramen puede parecer parte de la experiencia universitaria, estos hábitos pueden tener efectos a largo plazo en la salud de su hijo y en su capacidad para llegar a la escuela.
Lo que puedes hacer: Anime a su adolescente a administrar bien su tiempo. Deben estar durmiendo de siete a ocho horas cada noche y realizar actividad física durante al menos dos horas y media por semana. También puede ayudarles a aprender cómo comer de manera saludable con un presupuesto.